lunes, 29 de diciembre de 2008

Manifiesto de Gran Vía

Sobre supuestas manipulaciones favorables al PSOE realizadas en España por la cadena SER tras la masacre del 11M para influir en la opinión pública que debía votar en las elecciones generales del 14M

«Manifiesto de Gran Vía»
Periodistas de la SER
1º. El jueves, 11-M, cuando el número oficial de muertos por el atentado aún no llegaba a los 45, el director de informativos de la SER, Daniel Anido, instó a dos redactores a que «privilegiaran» la tesis de que la autoría del atentado era «confusa».
Cuando uno de ellos le replicó que parecía evidente que era ETA, porque el propio lendakari había salido a las nueve y media ante los medios a cargarle los muertos a la banda, Anido responde en los siguientes términos: «Si es ETA, el PP arrasa. Si es Al Qaeda, podemos ganar las elecciones. De modo que la autoría, desde ahora, es confusa.»
2º. Todas las «exclusivas» que ha difundido la SER han llegado «desde arriba» y con instrucciones precisas en cada momento de cómo y cuántas veces repetirlas, o, en palabras de Carlos Llamas, «machacar con el tema hasta que machaquemos al PP». La redacción de la cadena SER no ha tenido parte alguna en la consecución de las famosas «exclusivas».
El brillante equipo de investigación era sólo uno, Antonio García Ferreras, permanentemente comunicado telefónicamente con dos personas: el ex secretario de Estado de Seguridad, Rafael Vera, y el dirigente del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba. Según se comentaba en la redacción, Vera pasaba información, Rubalcaba la transformaba en munición contra el gobierno y Ferreras pasaba recado a Daniel Anido.
3º. La historia del «terrorista suicida» nunca tuvo el menor fundamento. Muchos redactores de la SER conocíamos su procedencia y su intención: decantar definitivamente la balanza de la autoría hacia Al Qaeda y sembrar la duda sobre toda la información oficial que procedía del gobierno.
Un periodista de la SER se quejó a Daniel Anido de que se divulgara una información cuya fuente nadie conocía (salvo Antonio García Ferreras) y que carecía del mínimo contraste. La respuesta de Anido fue: «Hay que apretar porque se nos acaba el tiempo (en referencia a las elecciones del domingo), así que los deontólogos y los acojonados ya os podéis ir a casa.» Cuando el periodista sugirió hacer alguna llamada a sus propias fuentes para contrastar la noticia, Anido le mandó, textualmente, a «tomar por culo».
4º. Una vez que la SER empezó a difundir la «noticia» del terrorista suicida, el Instituto Anatómico Forense llamó a la redacción para pedir, primero, y exigir, después, que dejáramos de decir falsedades. Se le garantizó a la persona que llamaba que la información era correcta, a lo que ésta replicó que era un «completo embuste» y pidió que le dieran el nombre de un solo forense que acreditara la información.
La respuesta de la dirección de Informativos de la SER fue preguntarle a qué venía tanto empeño en defender al gobierno, para colgarle el teléfono a renglón seguido.
5º. El malestar del equipo de investigación de la redacción de la SER aumentó aún más cuando se decidió «informar» el sábado de que el CNI había sostenido desde el principio la autoría de Al Qaeda.
Por dos fuentes distintas, un redactor de la SER había confirmado que el CNI, como la policía, se había movido durante la mañana del jueves en la convicción de que era ETA, y sólo al aparecer la cinta con los versos del Corán empezó a corregirse el tiro. Aún el viernes por la mañana, la impresión de las fuentes de la SER en el CNI apuntaban prioritariamente a ETA.
Pese a saber todo esto, el director de Informativos, Daniel Anido, ordena que se vaya «a saco con lo del CNI», porque sólo queda un día y hay que «joder del todo a Rajoy», afirmación que hace imprudentemente en presencia de un técnico de sonido que se atreve a murmurar «viva el periodismo independiente», a lo que Anido responde que, en este caso, «el fin sí justifica los medios».
6º. Cuando empezamos a difundir la «noticia» de que el CNI sabía desde el principio que era Al Qaeda, el propio director del Centro, Jorge Dezcallar, se pone en contacto con Antonio García Ferreras para pedirle explicaciones. La conversación fue, al parecer, bastante tensa.
Dezcallar exige una rectificación y Ferreras le advierte de que «no intente montar un numerito contra la SER» porque entonces «te vamos a machacar en antena». Dezcallar opta por hacer un desmentido a la SER en declaraciones a la Agencia Efe, pese a lo cual la SER sigue sosteniendo a sabiendas la falsa información sobre el CNI y sus iniciales sospechas.
7º. Ya en la mañana del sábado, Daniel Anido comenta que, por la tarde, «le van a pitar los oídos al cabrón de Aznar». Añade que «se va a montar una buena en Génova». A media tarde, cuando comienza la concentración ante la sede del PP, Anido da la consigna de que se hable siempre de «concentraciones espontáneas» y que se vaya reforzando la cobertura del acto a medida que avance la tarde, para justificar que se levante Carrusel Deportivo y se emita un especial informativo que, en realidad, empezó a prepararse por la mañana, cuando se fue avisando a los tertulianos más beligerantes de Hora 25 para que estuvieran en Gran Vía 32 a las nueve y media.
«Toda la artillería», en palabras de Anido y Ferreras. «Hay que sacar a la calle a media España para ponerle la soga a la estatua de Aznar y derribarla» (en referencia a la imagen del derribo de la estatua de Sadam Husein en Bagdad). Mientras Anido veía las imágenes de CNN+ desde Génova, con los antidisturbios desplegados, llegó a decir: «Si tenemos la suerte de que éstos intenten disolver la manifestación cargando, ¡ganamos la guerra!» El resto, es bien conocido.
Posdata. La credibilidad de quienes trabajamos en la SER ya sufrió bastante cuando «nombramos» sucesor a Angel Acebes. Pero ahora la han terminado de rematar. No existen las fuentes. Sólo existe la intoxicación desde arriba. Funcionamos a base de consigna diaria y «el que se mueva, no sale en la foto».
Algunos redactores estamos hartos de nuestros «Urdacis» particulares, dos talibanes obsesionados por derribar gobiernos que se llaman Ferreras y Anido. No nos gusta que nos utilicen para sus guerras políticas, ni que ataquen a otros medios de comunicación y a otras cadenas de radio a las que Los redactores de base debemos muchos favores. Pero, claro, ni la prensa ni la televisión hablarán nunca de lo que está pasando aquí. Ni Almodóvar, claro. Como dijo el técnico, «viva el periodismo independiente».

© 2004 http://www.nodulo.org/

Separata de la revista El Catoblepas (ISSN 1579-3974), publicada por Nódulo Materialista (www.nodulo.org).
El Catoblepasnúmero 26 • abril 2004 • página 11
El «Manifiesto de Gran Vía» es un texto difundido el 23 de marzo de 2004 que se atribuye a periodistas y trabajadores anónimos de la Cadena SER, la emisora de radio con más implantación y audiencia de España (la SER, Sociedad Española de Radiodifusión, se constituyó en 1940, recién terminada la guerra civil española, controlada por las familias Fontán y Garrigues; propietaria de Radio Madrid –antigua Unión Radio, fundada en 1924, de la familia Urgoiti–, pasó en 1986 a estar controlada por Jesús Polanco). Jesús Polanco Gutiérrez (Madrid 1929) inició sus negocios en 1958 al fundar la Editorial Santillana, y gracias a sus inmejorables relaciones con Ricardo Díez Hochleitner (Bilbao 1928), alto cargo entonces del Ministerio de Educación y miembro de la organización católica Opus Dei (es presidente honorario del Club de Roma y dirige desde 1981 la Fundación Santillana, de la que es vicepresidente y cuyo Patronato preside por supuesto Jesús Polanco), consolidó su presencia en el sector del libro de texto escolar al implantarse en la España del tardofranquismo la EGB, Educación General Básica. En 1972, tres años antes de fallecer el general Franco, se comenzó la gestación del diario El País y Polanco constituyó Promotora de Informaciones SA (PRISA) como sociedad que había de editarlo. Siempre cercano tras la transición a la socialdemocracia representada por el PSOE de Felipe González, Polanco se hace llamar ahora «Jesús de Polanco» y sigue controlando el Grupo Prisa, que cotiza en Bolsa desde 2000 y opera en 22 países de Europa y América, publica en España diarios como El País, As, Cinco Días, El Correo de Andalucía, Diario Jaén, Odiel Información o El Correo de Málaga, revistas como Cinemanía, Dominical, Rolling Stone o Gentleman, controla en España 423 emisoras de radio (140 propiedad de la Cadena SER, 81 de Antena 3 Radio y 202 independientes pero ligadas por convenio: Cadena Ser, 40 Principales, Cadena Dial, M80 Radio, Máxima FM, Radiolé), casi cien cadenas de televisiones locales españolas bajo la marca Localia, la televisión de pago en España a través de Sogecable (Digital+, Canal+, CNN+, Documanía, &c.), el grupo editorial Santillana (Aguilar, Alfaguara, Altea, El País-Aguilar, Santillana Educación, Taurus...), &c. El Consejero delegado del Grupo Prisa, y actualmente su principal ideólogo, es Juan Luis Cebrián (Madrid 1944), hijo de Vicente Cebrián –alto cargo de Prensa del Movimiento durante el franquismo– quien en 1963, sin haber cumplido aún los veinte años, ya fue miembro fundador de la revista Cuadernos para el Diálogo, organizada por el demócrata cristiano Joaquín Ruiz Giménez... trabajó con Emilio Romero en Pueblo, el periódico de los «sindicatos verticales»... y, pocos meses después de la muerte de Franco, fue designado director de El País, el periódico que, surgido de las entrañas del franquismo más «avanzado», había de señalar los pasos de una «transición democrática» ordenada y prudente, cargo que ocupó desde su aparición en 1976 hasta 1988, en que pasó a desempeñar puestos de mayor responsabilidad en el imperio mediático e ideológico capitaneado por la familia Polanco.

No hay comentarios: